La segunda consigna del Miedotón 2021 para el #TeamCulto fue 'Necronomicon: un libro que te intimide' y la primera opción que vino a mi mente fue Sarah Waters. La escritora británica se ha ganado el reconocimiento mundial por sus obras Afinidad (Affinity, 1999) y Falsa identidad (Fingersmith, 2002), las cuales ambientadas en la época victoriana tratan temas como el lesbianismo, la traición, la decadencia y la corrupción, mezclando el suspense, la narrativa gótica y la novela policíaca. Además de esto sus novelas suelen ser extensas, así que sí me intimidaba leer alguna de sus obras, pero tengo que decirles que disfruté mucho El ocupante (The little stranger, 2009).
La historia es contada por el Dr. Faraday, un médico rural que acaba de iniciar su práctica privada en el centro de una Inglaterra azotada por la guerra. Un día tendrá que visitar Hundred Halls, la mansión de la familia Ayres, para consultar a una de sus criadas, Betty, la cual recién llegó a trabajar y asegura que hay algo maligno en la casa. A partir de ese día el médico —quien ya había visitado la mansión en su niñez, su madre fue una criada de la familia— entablará una relación cercana con la familia Ayres, descubriendo que la situación de la mansión que él tanto ha admirado a través de los años es deplorable y que la familia tiene más problemas de los que se podría imaginar.
A lo largo de sus más de quinientas páginas queda claro que Waters es una creadora de ambientes con gran talento. La autora nos describe Hundreds Hall con detalles minuciosos, haciendo de la mansión uno de los personajes principales. Los recuerdos del doctor Faraday nos llevan al pasado donde la mansión se encontraba en sus años de gloria, cuando la alta sociedad inglesa se reunía en sus salones a disfrutar la mejor comida. Sin embargo nada de eso queda ya, ahora los salones están vacíos, la mayoría de las habitaciones están clausuradas y la economía de su familia empeora mes a mes. Todos esos elementos son utilizados para marcar claramente el fin de una época, no solo para la familia Ayres sino para toda Inglaterra. Incluso la mención de la seguridad social a la que tanto teme el Doctor Faraday es una representación del cambio político que estaba viviendo el país en la posguerra.
Waters no deja de lado los traumas ocasionados por la guerra y los representa en sus personajes. El que más destaca es Roderick, el jefe de la familia Ayres, quien ha vuelto de la guerra atormentado y cojo. Él, como administrador de la poca fortuna que les queda, comenzará a sufrir mentalmente a causa de su situación económica, terminando en un hospital psiquiátrico. De aquí en adelante la novelista mezcla lo sobrenatural y lo psicopatológico de una manera muy inteligente. Por un lado le brinda al lector buenas dosis de horror a través de las experiencias paranormales que se les presentan a Betty, Caroline y a la Señora Ayres, y por otro lado, dándole voz a los escépticos, aprovecha al Doctor Faraday para tratar de darle una explicación científica a cada suceso.
Para el final de la novela Waters desarrolla el personaje de Caroline y lo lleva a terrenos feministas que no esperaba en absoluto, resultando en una agradable sorpresa porque todos los personajes femeninos, por lo menos hasta ese momento, habían jugado papeles pasivos que acudían a la ayuda masculina. Esa representación de la independencia femenina me hizo apreciar aún más esta novela.
(Más tarde al investigar sobre la autora leo que ha publicado artículos sobre género, sexualidad e historia en revistas como Feminist Review, Journal of the History of Sexuality y Science as Culture)
Finalmente, creo que Sarah Waters evoca lo mejor de la obra maestra de Henry James ‘Otra vuelta de tuerca’, creando una novela equilibrada y sumamente entretenida, en la que la observación social, el feminismo y el terror hacen una mancuerna excelente.
Sobre la Autora
Sarah Waters (Reino Unido, 1966) es una escritora británica que ha recibido numerosos galardones, entre ellos el Somerset Maugham y el Sunday Times Young Writer of the Year, y ha quedado finalista de los premios Booker y Orange. En 2002 recibió el British Book Award a la mejor novela por Falsa identidad. En Anagrama se han publicado todas sus novelas.
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