'STRANGER THINGS 3': MÁS QUE MONSTRUOS UN DRAMA ADOLESCENTE

Esta nueva temporada viene cargada de romance y adolescencia.

La nueva temporada de Stranger Things estrenó hace poco más de un mes y rompió récords de audiencia en Netflix, reafirmando que es una de las series más populares de los últimos años.

Nos da mucho gusto volver a ver a nuestros personajes pero tan pronto como comenzamos el primer episodio sabemos que todo ha cambiado. Los protagonistas han dejado de ser niños y ya están en la edad de la punzada, dándose besos a puerta cerrada.

Mientras todos andan de novios, menos Billy (Noah Schnapp) quien sigue rarito y con estrés post traumático —y cómo no, después de todo lo sucedido—, un nuevo centro comercial ha llegado a Hawkins causando sensación. Lo que no saben en el pueblo es que los soviéticos están haciendo de las suyas e intentan reabrir el portal del upsidedown que Eleven (Millie Bobbie Brown) había cerrado.

La serie se repite en cuanto a la manera en la que se presentan los problemas para nuestros protagonistas, pero cuenta con un toque diferente por las situaciones románticas que los rodean al punto de que la parte de los monstruos y conspiraciones soviéticas quedan un poco de lado. Sí, yo diría que lo más disfrutable en esta nueva entrega es todo lo que envuelve a nuestros personajes, jóvenes y no tan jóvenes, de manera romántica.

Mi escena favorita fue la interpretación de Suzie y Dustin de la canción The neverending story.

En cuanto a cuestiones técnicas, la construcción del centro comercial me dejó boquiabierto y es que lograron imprimir toda la esencia de los 80’s en el lugar, volviéndolo al mismo tiempo el campo de batalla. Los efectos visuales no decepcionan, pero no me parecieron superiores a los de las temporadas anteriores, eso sí el soundtrack seleccionado fue excelente y sumamente disfrutable.

También se notó un fuerte liderazgo femenino, de hecho las mujeres se llevan esta temporada por mucho. Eleven, Max (Sadie Sink), Nancy (Natalia Dyer), Joyce (Winona Ryder) y Karen (Cara Buono) tienen diálogos y escenas increíbles y ni se diga de los nuevos personajes, Robin (Maya Hawke) y Erica (Priah Ferguson) destacan maravillosamente.

Por último, el final es tristísimo y desalentador y la escena post créditos es completamente desesperante: ¡¿ESTÁ MUERTO O NO?!

La tercera temporada me pareció satisfactoria. Sí, un poco repetitiva, pero los Duffer logran dejarnos a la espera de la próxima.

En Rotten Tomatoes tiene una aprobación de 90% por la crítica y de 85% por la audiencia.

Yo le pongo 3.5 estrellas de 5 y los invito a jugar un shot de tequila por cada vez que a Billy se le pone la piel de gallina.