Apreciar nuestras diferencias es una virtud que nuestra sociedad debe fomentar con más esfuerzo. Afortunadamente, cada vez hay más productos diversos, desde series de televisión hasta novelas. Aquellos que tratan sobre descubrir tu orientación sexual, o que dejan en claro que no tiene nada de malo ser diferente, han tomado mayor popularidad en la última década.
Antes el retrato del personaje homosexual marginado era el más común en el formato audiovisual y escrito. Felizmente, las cosas han cambiado y ya es posible leer escenarios más positivos. Este es el caso de “La casa en el mar más azul”, una novela para jóvenes en la que se celebran las diferencias de manera bastante cómica y tierna.
La historia comienza con Linus, un trabajador social que no se atrevería a incumplir las reglas. Su vida cambiará cuando la Altísima Dirección le encomiende una tarea: visitar un orfanato en la isla de Marsyas. Ahí se encontrará con seis seres mágicos muy distintos y peculiares. Su misión es asegurarse que el lugar sea adecuado para ellos y que su director, Arthur Parnassus, esté realizando un buen trabajo.
TJ Klune logra crear personajes muy cómicos y entrañables. Lucy, el anticristo, es en especial adorable. Con sus comentarios diabólicos y perversos, pero llenos de humor, fue el primero en sacarme una sonrisa. Diría que cada uno representa un extremo del espectro social, y aunque sus diferencias son tentáculos, barbas, poderes mágicos, está claro que el autor quiere que los jóvenes, a los cuales está dirigida esta novela, logren trasladar estas diferencias a la riqueza de particularidades que nos adornan como seres humanos.
Sí, el mensaje es muy evidente y hay diálogos que parecerían aleccionadores. Esto nunca me ha gustado, me parece una manera de subestimar al lector, más no creo que sea algo que le reste puntos a esta historia. Al contrario, su claridad le da un valor especial y la hace muy recomendable para lectores jóvenes.
La novela tiene muy buen ritmo, varios problemas van surgiendo a lo largo de la historia y se resuelven muy bien. Este dinamismo hace que sea muy sencilla de leer. Por otra parte, creo que el vocabulario es un tanto limitado. Las novelas juveniles no son mi fuerte, pero comparándolas con algunas que he leído, por ejemplo Harry Potter y la piedra filosofal o Matilda, creo que su vocabulario deja que desear y no es uno de sus fuertes.
La historia de amor entre Linus y Arthur se cocina lentamente. Y como postre, después de un banquete divertido, se disfruta deliciosamente en el final. Es extremadamente cursi y estoy seguro que te sacará una o dos lagrimitas, más le falta para ser una novela inolvidable.
TJ Klune es un autor estadounidense de ficción, romance y fantasía con personajes LGBT.

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